Si se acaban las historias, la vida se detiene y se transforma en odisea por el desierto.
Urge entonces hallar ideas; cada oasis equivale a un microcuento, la suma de todos puede convertirse en historia, y evolucionar a epopeya.
Cada storytelling es un nuevo camino.
Hay que ser un excelente orador para narrar cuentos existentes; el talento se vuelve magia cuando el storyteller crea y cuenta relatos propios.
Es imperativo generar el hábito de escribir, idear, gestar y contar historias; el flujo debe ser constante hasta transformarse en torrente.
La creatividad no se acaba nunca, cuanto más se usa, más se tiene.
Se nos conoce por lo que hacemos, pero también por lo que escribimos.
Hay múltiples historias para cada idea o producto; el hándicap es que solo hay un tipo de usuario para cada estilo de narración.
El reto del storyteller es encontrar el storytelling apropiado para su audiencia.
Hoy en día es más necesario que nunca la figura del cuentacuentos, su don vuelve a ser atractivo.
Si se suscita el interés del público, el usuario avanzará por el sendero que le abra el storyteller.
La creatividad sin estrategia es arte, con ella es publicidad.
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Las palabras son una fuente inagotable de magia.
Los objetivos que se pueden lograr con las combinaciones adecuadas, rayan el infinito.
En el ámbito profesional hay múltiples aplicaciones; por ejemplo en el campo del copywriting y del storytelling, los resultados son asombrosos.
Copywriting es retórica con objetivos; máxime si los resultados conllevan retribución económica.
Cualquier imagen, evento, idea, producto, actividad o curiosidad pueden generar storytelling.
En una mente creativa conviven multitud de historias y universos al mismo tiempo. El desarrollo óptimo de esta creatividad, encaminada a la consecución de objetivos profesionales; da pie a infinidad de salidas en todos los campos mencionados.
Escribir o narrar historias, sirve para múltiples facetas personales y profesionales; el quid es hallar usuarios dispuestos a leer o escuchar la narración correspondiente, ergo es imperativo usar técnicas de persuasión (copywriting), que inciten a ello.
Una frase atrayente que llame la atención de la audiencia, despertando su curiosidad y fascinación, se considera un acto de copywriting.
Un microcuento bien elaborado, capaz de encandilar y emocionar a los usuarios con lo ofrecido, es auténtico storytelling.
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Lo más difícil para un storyteller consiste en escribir su propia historia.
En mi caso en concreto puedo decir que las historias me han criado a mí mismo.
Desde siempre me ha gustado contar historias, me encanta escucharlas y me entusiasma leerlas.
Hace años que descubrí por casualidad el concepto de storytelling; es lo mismo que contar historias, al cuentacuentos de toda la vida también se le conoce como storyteller.
Cuando se utiliza en el ámbito profesional, se convierte en una técnica para la consecución de objetivos.
Siendo una habilidad creativa, si se la da rienda suelta es arte, cuando está sujeta a una estrategia orientada a resultados, entonces es publicidad.
Mi currículum particular ha estado ligado al campo administrativo, bien como grabador de datos y también como operador de Back Office.
La creatividad en estos puestos concretos brilla por su ausencia; las funciones de grabación son muy mecánicas, sin embargo las tareas de Back Office conllevan investigación y trabajo analítico.
La redacción creativa en mi caso es una afición, que intento convertir en profesión.
Te invito a compartir tus ideas en los comentarios, sobre maneras de ganarse la vida con el storytelling.
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Solo existe un objetivo en la primera frase de cualquier contenido:
Lograr que los usuarios lean la segunda frase.
Después hay que mantener el suspense hasta el final, para no perder el interés de la audiencia.
Cuando el storyteller consigue la atención de varias personas embelesadas con sus palabras, esa obnubilación se considera magia mientras perdura.
Sabes que eres un narrador nato, cuando en tu mente hay una multitud de universos, donde conviven diversas historias y múltiples personajes al mismo tiempo.
Cada persona puede elegir el mejor momento para germinar storytelling instantáneo: en una conversación casual, en una entrevista o reunión de trabajo; siempre existe la opción de gestar un microcuento, y presentarse al mundo como avezado storyteller.
El arte de contar historias es primigenio.
Todo storyteller de élite debería tener siempre la historia adecuada, para resolver cualquier situación; un buen cuento ayuda a entender sentimientos, a superar miedos y a enfrentar retos.
El mayor pecado narrativo que se puede cometer, consiste en aburrir al público; el cuentacuentos debe recrear sus saberes.
La historia desgranada debería ser entendida por todos los usuarios, aunque no tengan los mismos conocimientos que el narrador.
Por eso lo más importante es la estrategia, y elegir a la audiencia óptima para suscitar sus emociones.
Me gustaría conocer cuál es tu estilo de storytelling, te leo en los comentarios.